Al reflexionar sobre la situación que nos atraviesa, más allá de las grandes discursividades populares que le dan sentido a una lucha resistente o a una convulsión reaccionaria, puedo observar que existe una gran problemática transversal que genera, no necesariamente una gran masa en oposición, sino pequeñas otredades que, como nichos en red, se conectan (o divergen unas entre otras), que son producidas discursivamente por la noción de institución hegemónica que las rechaza como posibilidad de sentido dentro de una estructura determinada.
En consecuencia, a partir de la observación de la policía como ente institucional diréctamente antagónico en el marco del conflicto actual en Colombia, comprendo que su carácter trasciende el puro choque directo como fuerza bélica y se introduce dentro de la representación visual de la cultura popular en la forma del catalizador simbólico de todas las fuerzas hegemónicas que intentan introducir a la fuerza a cada individuo a una estructura que, desde su base, es fallida en muchos sentidos y ante la radicalidad del otro responde con la aniquilación.
Por ello, a partir del elemento básico distintivo de la policía de mi contexto bogotano, decidí partir del color verde claro (tombo), en una búsqueda por crear una construcción visual que desde la idea de lo virtual (como potencia de posibilidades) permita generar una distopía/utopía en la que se construya una oposición cromática e ideológica a todas esas instituciones narrativas que desde la base sostienen a las hegemonías de poder, con el rosado como entidad de oposición representacional directa hacia dichas representaciones.
A partir de retomar el ejercicio que comencé en el taller de Spark Ar, quiero generar un antimuseo de resistencia rosada, que desde la posición cromática-representacional-simólica ya enunciada, construya una oposición a las narrativas ancladas dentro de nuestra sociedad y cultura que le dan fuerza y poder a las instituciones que hoy en día combatimos sin mirar necesariamente cómo dentro de nuestra propia discursividad legitimamos.
El rosado es asociado a lo femenino, a lo marica, a lo guiso, a lo suave, a lo débil... Entre muchas otras categorías que, desde mi posición política y personal demandan reafirmarse en un contexto necropolítico, falocentrista y colonialista absolutamente insustentable. Por ello, mi propósito es crear un manifiesto web, que se alimente de la hipervinculación, para, desde la reafirmación de todos estos elementos y que se interrelacione con el museo, como una construcción discursiva e instalativa de lo incómodo, e incluso anárquico, desde lo rosa.
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