Al reflexionar sobre la situación que nos atraviesa, más allá de las grandes discursividades populares que le dan sentido a una lucha resistente o a una convulsión reaccionaria, puedo observar que existe una gran problemática transversal que genera, no necesariamente una gran masa en oposición, sino pequeñas otredades que, como nichos en red, se conectan (o divergen unas entre otras), que son producidas discursivamente por la noción de institución hegemónica que las rechaza como posibilidad de sentido dentro de una estructura determinada. En consecuencia, a partir de la observación de la policía como ente institucional diréctamente antagónico en el marco del conflicto actual en Colombia, comprendo que su carácter trasciende el puro choque directo como fuerza bélica y se introduce dentro de la representación visual de la cultura popular en la forma del catalizador simbólico de todas las fuerzas hegemónicas que intentan introducir a la fuerza a cada individuo a una estructura que, desd
La realidad aumentada no solo es un avance tecnológico que permite entremezclar la imagen virtual con el mundo físico, sino que es una forma intuitiva de evidenciar cómo nuestra realidad está irremediablemente entretejida con el mundo virtual y las imágenes que lo median, como puede observarse en los usos de aplicaciones como Waze o Google Maps, en los que nuestro habitar en el mundo está directamente mediado por la información y visualización de la pantalla. Sin embargo, esto sucede en muchas dimensiones más allá de aquellas aplicaciones que directamente muestran el cruce entre imagen digital e imagen física, pues día a día consumimos todo tipo de material visual a través de las comunicaciones en red que atraviesan las redes sociales y los servicios de mensajería, entre otros, lo cual tiene una incidencia directa, no solo en la opinión pública, sino en los afectos y la subjetividad de cada individuo, con lo que para bien o para mal la realidad del sujeto es atravesada pasivamente por